Un líder ¿nace o se hace?
Niños líderes no nacen, se hacen
Por: Sylvia Falomir
Todos conocemos la historia de algún compañero de la escuela de gran inteligencia; el típico que siempre aparecía en el cuadro de honor y sacaba diez en sus exámenes; para luego enfrentar la vida adulta sin conseguir el éxito deseado. Y también conocemos alguna historia sobre algún compañero con resultados promedios en la escuela, para luego obtener el éxito y realizarse dentro de alguna empresa, o destacándose como líder dentro de la comunidad. ¿Cuál será el ingrediente que hace la diferencia entre estas dos anécdotas que todos conocemos? ¿Qué fue lo que faltó en la vida del estudiante al que todos le asegurábamos el éxito futuro? ¿Qué fue lo que hizo que el estudiante promedio consiguiera el éxito? Y entonces, ¿Cómo preparamos a nuestros niños para el éxito? ¿Cómo desarrollar su liderazgo?
Los niños de hoy se enfrentan a una realidad distinta. El mundo está plagado de información y de estímulos visuales; cambiando constantemente. Actualmente, los niños se preparan en la escuela, para profesiones que aún no existen; enfrentarán problemas que aún no conocemos. Ahora más que antes, no basta con ser el “más inteligente” de la clase. El mundo está cambiando demasiado rápido. Y todos nos damos cuenta. Los modelos educativos se han ido evolucionando y modernizando; actualmente contamos con propuestas educativas muy buenas; de hecho, conceptos tan importantes como el de “Inteligencia” han cambiado su significado.
En un principio la definición de inteligencia, era algo inamovible; algo con lo que nacías; el famoso IQ. Ahora sabemos que la inteligencia es una capacidad, lo que nos abre una puerta a los educadores y padres de familia, ya que quiere decir que es “algo” que se puede desarrollar mediante la estimulación a través de la experiencia, el entorno y el nivel educativo al que se está expuesto; principalmente durante los primeros 8 años de vida. Gracias a la investigación, ahora se sabe, que todos los seres humanos tenemos por lo menos, ocho inteligencias en mayor o menor grado, denominadas Inteligencias Múltiples: inteligencia musical, corporal-kinésica, verbal-lingüística, lógico-matemática, visual-espacial, interpersonal, intrapersonal y naturalista.
El coeficiente intelectual, hoy en día ha quedado relegado del terreno educativo; siendo el coeficiente emocional (CE), el principal protagonista. En el lenguaje de las Inteligencias Múltiples, el CE es una compilación de las Inteligencias Inter-personal e Intra-personal. Es una realidad, que las emociones y el pensamiento conviven y colaboran en la capacidad de comprensión y aprendizaje de todo lo que nos rodea; aunque tradicionalmente, corazón y mente sean concebidos como opuestos.
Las habilidades emocionales son fundamentales y nos pueden obstaculizar o ayudar a determinar el éxito en la vida. Los mejores líderes cuentan con un buen coeficiente emocional y destacan su liderazgo dentro de una de las Inteligencias múltiples o combinación de ellas, donde radica su propio talento. Cuando las personas logran sintonizar el gusto por lo que hacen, como sucede en el caso de lo que tienen la suerte de disfrutar su trabajo, son consideradas personas de éxito.
La clave pues, para desarrollar el liderazgo en los niños y darles la oportunidad que merecen para ser exitosos en la vida, es ayudarlos a descubrir la forma muy particular de aprendizaje; cuál es el modo que más disfruta y prefiere aprender cada niño; seguido de un acompañamiento por parte de los de padres y educadores de una manera personalizada. Ya que hoy sabemos que las habilidades más importantes no se heredan, ¡se adquieren!